viernes, 16 de noviembre de 2012

¡Cumplimos 3 años!



Pues en Noviembre harán 3 años desde que este proyecto en torno, para y por el vino abrió sus puertas, para celebrarlo hemos querido hacer una cata muy especial en un sitio igualmente especial, una antigua bodega utilizada para la elaboración y crianza de vinos, la única que se conserva en la villa de Madrid. Con este evento este espacio se reencontrará con el vino, para el que fue creado.
Un evento en contacto directo con los productores que empezará a las 12 de la mañana y se prolongará hasta las 21 horas en el que contaremos con la presencia de (confirmadas hasta el momento):

Aalto
Compañia de vinos Telmo Rodriguez
Ossian
Artadi
Martue
Blanco Nieva
Domaine de Pallus
D.J. Palacios
Herencia Remondo
Alvaro Palacios
Raul Pérez
Hacienda Monasterio
Ponce
Guímaro
Algueira
Arrocal
Ziries
Vinos Terribles
Rodrigo Méndez
Finca Sandoval
4 Kilos
Cámbrico
Quinta da Muradella
Quinta do Feital
Luis A. Rodriguez
O Viño do Pepiño
4 Monos
La Fábula
La Vizcaina de Vinos
Neo
Marañones
Belondrade
Bodegas Jiménez Landi
Daniel Gómez Jiménez Landi
Bernabeleva
Casa Castillo
Teroir & Limits...


Será una gran fiesta del vino, que está pensada para que se pueda catar con tranquilidad, sin agobios y de la mano de los elaboradores.

Ese día por la tarde, nuestras tiendas estarán cerradas, pero se pondrán comprar en la cata muchos de los vinos que serán presentados a un precio muy especial.

Es para nosotros un orgullo contar con la presencia de estos elaboradores que harán un gran esfuerzo para enseñarnos lo que mejor saben hacer y transmitirnos el cariño con el que lo hacen.

Puedes reservar tu plaza ya:

¡Gran Cata tercer aniversario!


Muchas de las mejores bodegas de España estarán con vosotros.

¡Os esperamos con los brazos abiertos!

lunes, 12 de noviembre de 2012

El Barredo, o cuando la amistad se hizo vino.



El Barredo es un vino de amistad. Un regalo entre amigos. Una declaración de intenciones a través de lo que Raúl Pérez mejor sabe hacer… “EMBOTELLAR MAGIA”.

Este 2012 es un año de cambios para Rodri ya que deja la antigua ubicación en la bodega de Meaño y se traslada a un lugar donde poder trabajar con mayor comodidad e intentar de esa manera subir un escalón más en la búsqueda de la originalidad y la calidad de sus vinos.

Todo cambio supone un riesgo y Raúl lo sabe mejor que nadie ya que él mismo lo vivió en sus carnes en el año 2005 cuando decidió salir de la bodega familiar para comenzar su proyecto más personal, Ultreia. Así que Raúl ha decidido dar un pequeño empujón a su amigo y elaborar para él este vino singular del que apenas existen 800 botellas.

El Barredo es una zona de viñedo que se sitúa en Valtuille de Abajo, pueblo de nacimiento de Raúl, justo por encima de la bodega familiar, Castro Ventosa. Recibe su nombre de las arcillas que conforman su suelo y que en época de lluvias forman ese barro tan característico que prácticamente te impide andar entre sus viñas.

Se compone principalmente de Mencía procedente de viñedos de más de 80 años de edad aunque lleva un aporte de alrededor de un 15% de Pinot Noir ( uva de la que tanto Rodri como Raúl son apasionados ) y que proviene de una finca plantada por Raúl en esa misma zona hace ya más de 15 años.

Se cría durante aproximadamente un año en barricas usadas de roble francés y durante todo el proceso de vinificación se trata de mantener al máximo las características que le trasmiten al vino sus uvas y la tierra de la que proviene por ello se emplean largas maceraciones con muy poco trabajo sobre sus pieles, casi como si se tratará de una infusión, para posteriormente ser embotellado sin filtrar ni clarificar.

Un vino muy especial para beber con amigos pués se trata de un auténtico símbolo de amistad.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Los vinos del Jura. ¿La alternativa?

En un viaje que realicé con unos amigos este verano a la zona del Jura, nos planteábamos si los vinos de este singular paraje  podrían constituir una alternativa a unos vinos que nos apasionan, los vinos de Borgoña.

Nos gustan los vinos singulares, con personalidad, en el caso de los tintos, más bien ligeros, perfumados y  muy ágiles a la hora de beber. En el caso de los blancos, solemos buscarlos para comer y dada su versatilidad, los combinamos con los más diversos platos, encontrando a veces armonías maravillosas.

En el Jura, parte de estas premisas se cumplen y esto se une a que gran parte de los productores que visitamos trabajan de acuerdo a la filosofía de los "vinos naturales" en donde los aditivos son los menos posibles y se consiguen productos vivos, vibrantes y muy digestivos. Si además contamos con una relación calidad/precio impresionante, estamos ante la alternativa perfecta.

La botellas típicas del Jura, mejor en magmun...

El Jura se encuentra situado en el extremo oriental de Francia, cercano ya a Suiza. Esta localización permite un paisaje verde, muy verde, en el que se alternan los prados donde pastan las vacas de la raza Montbeliarde, productoras de leche para el mítico queso de Comté, y espesos bosques de hoja caduca que nos ofrecen una imagen bellísima. Entre tanto, hay espacio para el cultivo de la vid, que aquí es de aspecto salvaje y perfectamente integrada en el entorno. Los suelos suelen ser principalmente arcillo-calcáreos, y la caliza típica es del periodo Jurásico.
Una plaza de Arbois.

El paisaje verde, con la caliza Jurásica siempre presente.


Nos hicieron disfrutar.



Su cercanía con la Borgoña hace que sus suelos sean similares, y que las variedades típicamente borgoñonas sean plantadas también allí. De esta forma nos encontraremos con la Chardonnay y la Pinot Noir que producen vinos en algunos casos muy interesantes, pero es en las variedades autóctonas entre las que se encuentran, Poulsard, Trousseau y Savagnin donde apreciamos toda la singularidad de la zona:

La Poulsard, también llamada Ploussard en algunas zonas, es una variedad de grano grueso con poca intensidad colorante y que normalmente produce unos vinos ligeros de un bello color rojo que tiende al naranja, muy perfumados, con una boca ágil, golosa y cargada de matices.

La Trousseau o Bastardo es mucho menos habitual y produce unos vinos normalmente más estructurados y tánicos, con una aromática más frutosa y común, pero con un registro muy diferente al Ploussard a la hora de armonizar con comida.

La Savagnin, al igual que la Ploussard, es una variedad de grano grueso que transmite como ninguna las características de los diferentes suelos y que goza de una gran acidez y una bella estructura cristalina. Su máxima expresión la alcanza en los Vin Jaune, donde una crianza sobre velo actúa de forma casi mágica sobre el vino.

La experiencia fue que con estos tintos ligeros y de baja graduación alcohólica se disfruta de lo lindo, y que además son muy versátiles. Parar en una de las múltiples áreas de recreo y disfrutar de las terrinas, embutidos y quesos  de la zona acompañados de estos vinos te saca una sonrisa y te invita a contemplar el paisaje, con Château Chalon al fondo, las viñas, los prados y pensar que todo va bien, que todo está en su sitio.

Comer con un buen vino, disfrutando de esta imagen no tiene precio.
Château-Chalon.

Los blancos quizás son más nocturnos, de reflexión, la decadencia de la noche en contraposición  con el brillo de estos vinos, una cena más elaborada y una larga sobremesa de risas y momentos inolvidables.

martes, 2 de octubre de 2012

¿Lo decantamos?. Esa es la cuestión...

A raiz de un vino que tomé anoche con un amigo, se me ocurrió el tema de esta nueva entrada del blog. He de confesar que hace años me apasionaba decantar los vinos y que lo utilizaba como si fuera el remedio de todos los males posibles, incluyendo aquellos que no tenían solución. Lo peor realmente es que me convencía de que el proceso de decantación era muy favorable y ni siquiera me planteaba la opción de no someter al vino a dicho proceso.

Esta tendencia mia fue cambiando con los años, hasta el día de hoy, en el que es muy difícil que me anime a decantar un vino salvo causa de fuerza mayor.



Muy bonito, pero no siempre es lo mejor.

Voy a dar mi opinión sobre este tema, dejando claro que sólamente es eso, una opinión, que trataré de razonar de la mejor manera posible teniendo en cuenta que las decisiones que tomo en lo que se refiere al vino suelen ser por sensaciones y no por reglas, axiomas, ni enrevesadas teorías científicas.

La decantación es un proceso que ayuda a la oxigenación de un vino, y que en teoría permite una más rápida evolución, una mayor complejidad aromática, y en ocasiones un redondeamiento del vino.

Mi experiencia es que muchas veces la decantación hermetiza el vino, lo encorseta, sobre todo si no se le da el tiempo suficiente. Hay decantaciones que son efectivas si se realizan durante muchas horas, y que resultan desastrosas si se pretenden hacer cuando el vino sale a la mesa. En mente siempre tengo los riesling alemanes de alta gama cuando son jóvenes, en los que una decantación breve sólo consigue hacerlos más pétreos, planos y desequilibrados.

Hay otro caso peor que es cuando el proceso de la decantación anula al vino, lo mata literalmente, lo deja sin fuerza, sin gracia y sin ningún misterio. Los partidarios de la decantación dirán entonces que el vino esta en el momento justo, que está abierto, redondo y muy disfrutable, mientras que en mi opinión pierde todo su carácter y todo su encanto.

Hay muchos problemas que prentendemos solucionar con la decantación, que vienen motivados por lo que a mi entender son malas prácticas a la hora de conservar, acondicionar y servir el vino. Entre ellas se encuentra el almacenamiento a condiciones de muy baja temperatura, que no se atempere antes de servir, no utilizar las copas adecuadas, no dejarlo reposar después de cualquier ajetreo, enfriarlo de golpe, servir a temperatura no adecuada etc...

El vino es delicado y más cuanto mayor sea su calidad y su finura, por lo que  cualquier error puede destruir sus matices, que son los que lo hacen grande. Así que cuando os enfrentéis a una buena botella, de esas que no se pueden tomar todos los meses, dedicarle su tiempo para sacar lo mejor de ella, pensarlo y no os precipitéis por querer acelerar procesos que son naturales y que requieren su tiempo, porque como dicen en Marruecos: "Prisa no buena amigo, prisa mata"

martes, 10 de julio de 2012

A vueltas con las añadas.

Y es que a quien no le han dicho alguna vez- "La añada tal, es muy mala en Sebastopol, no compres"- o quien no ha oído en algún corrillo- "La añada tal, no me gusta en Borgoña"-. Seguro que este tema os suena, y que no en pocas ocasiones os ha traído verdaderos dolores de cabeza a la hora de abrir una botella, esa que habíais comprado con todo el capricho del mundo y que os han dicho o habéis leído que es una añada que en la zona no ha salido buena. En ese momento el miedo se aferra a vuestra mente, que por otro lado es muy poderosa, y seguramente que en vuestra cabeza se esté firmando una sentencia de condena y repulsa, cuando no de muerte, para esa derterminada añada, antes incluso de descorchar la botella, que por otro lado, no tiene la culpa de haber salido así, limitándose únicamente a ser el reflejo de unas condiciones bien diversas y de un estilo que indudablemente va a marcar el productor que la elabore.

Afortunadamente cada día se menos de esto y siempre hay alguna botella de vino que me recuerda que no se nada, y que no existen reglas ni axiomas en el mundo de los vinos auténticos, porque son seres vivos, salvajes que no doblegarán nunca ante nuestra tendencia a controlarlos, calificarlos y encasillarlos, tendencia que por otro lado es, en mi opinión, tremendamente aburrida.


Borgoña 2004, la añada de las mariquitas...


De botellas de añadas supuestamente malas está mi agenda llena, no se si porque me gusta investigar o porque me motiva el riesgo, lo que si es seguro es que muchas de ellas han sido memorables y me han dado momentos de mucha alegría.



Burdeos 2000, la añada del siglo...

Y es que el vino cambia, la añada que no te parecía buena hace dos años ahora está soberbia.

Y es que las añadas supuestamente malas suelen tener una evolución más temprana, que en estos tiempos que corren, donde la prisa abunda, no es moco de pavo, y que hace que el vino se encuentre en plenitud y disfrutable mucho antes.

Y es que para poder calificar tal o cual añada hay que seguirle la pista durante años, cosa que es imposible si la defenestras antes de salir al mercado porque ya pocas botellas beberás del vintage en cuestión.

Y es que hay que ser paciente, hay que beber muchas botellas, si he dicho beber, no catar, y darse cuenta así, de que con determinados platos dan mucho más juego las añadas supuestamente malas que las supuestamente buenas. Porque de catadores está el mundo lleno, y lo que nos hace falta en esto del vino son bebedores disfrutones y no analistas.

Y es que vinos de una misma añada y de una misma región hay muchos y generalizar es realmente peligroso.

Las añadas, que se aman o se odian, que te encasillan según tus preferencias entre los dioses del Olimpo o entre los que "no tienen ni puta idea". Tan complejas que son inexpugnables y que muchas veces se analizan desde la distancia que da tu gran experiencia, que hace que te toques la barbilla o te meses el cabello con cara de persona interesante, hagas una pausa medida y sentencies-¡Es una añada fría!- o- ¡Es una añada caliente!, porque ya se sabe que lo breve si bueno....

Mejor hacer caso a los bebedores que a los catadores, y descorchar sin prejuicios y sin miedos porque hay muchas añadas que conocer y muchas botellas que disfrutar.

¡Salud!



miércoles, 23 de mayo de 2012

Los más deseados, A. et P. de Villaine 2010

¡Ya están aquí!, los esperábamos ávidos de conocer su comportamiento en la añada 2010, en la que tenemos puestas muchas esperanzas en lo que a vinos de Borgoña se refiere. Nuestra naturaleza inquieta ha hecho que estos días hayamos probado algunos de los vinos de esta prestigiosa bodega en la que en teoría es una fantástica añada.



Siempre regular y sólido, este domaine nos regala vinos de una excelente relación calidad precio añada tras añada, y lo que es más importante, bien diferentes atendiendo a las condiciones de cada año. Su filosofía impide que intervengan para maquillar el resultado final en aras de la homogeneidad de una marca, cada año sus vinos son diferentes, mágicos y buenos, muy buenos. Pierre Benoist es el responsable de tanto disfrute.



Estos 2010 son impresionantes, con una Fortune cargada de flores dulces, de bella estructura tánica, con  presencia pero sin molestar , largo, de sed, un vino de botella de domingo mientras cocinas, un chicharro al horno o una buena rueda de bonito se me antoja.

La Digoine son grosellas, frescura, taninos sabrosos, como calizos, muy elegantes, de esos difíciles de conseguir. Sabroso, flores, largo y de vuelta, una auténtica delicia.

Que decir del escasísimo Montots, salivando... Secreto, secreto...

En cuanto a la información de la bodega, lo mejor es que le echéis un vistazo a su web A.et P. de Villaine

Vinos de verdad, originales y únicos añada tras añada, alejados de convencionalismos y de la fórmula de la Coca-cola.

Salud.

viernes, 11 de mayo de 2012

Grands Jours de Bourgogne 2012. Y una cena inolvidable

Esta es una pequeña historia sobre un viaje al que puntualmente y cada dos años allá por Marzo tengo la suerte de disfrutar desde el año 2008. El destino, los Grands Jours de Bourgogne, o lo que es lo mismo, el salón más importante de los vinos de Borgoña.

Un evento que siempre es especial pero que este año tenía algo más, y en lo que aquello acabó fue una de las experiencias más gratificantes que he tenido.

Allá nos dirigimos LosTintoreros junto con un grupo de amigos aficionados a los vinos de esta región. Un total de 15 personas para disfrutar de una semana intensa, cargada de buenos vinos y mejores momentos, y en la que se pretendía como colofón, ofrecer una cena española en una de las casas rurales donde nos alojamos, a los productores con los que trabajamos.


El Dream Team

Tuvimos ocasión de catar muchos y buenos vinos, casi todos de la añada 2010, que en principio se anunciaba como una de las grandes, eso si penalizada por una cosecha minúscula.

En la parte de la Côte de Nuits nos quedamos con la impresión de que en esta añada, las comunas de Gevrey-Chambertin y de Nuits St Georges son las que se llevan la palma, con vinos equilibrados, elegantes, fáciles de beber en su juventud y vibrantes, que nos han hecho disfrutar de lo lindo. No así en los pueblos de Chambolle-Musigny y Morey St Denis donde los vinos se mostraban faltos de su elegancia habitual y con una sensación azucarada no muy agradable, si bien el resultado en Morey parece por encima que el de su vecino Chambolle.

En Vosne-Romanée y Vougeot nos encontramos con vinos armónicos y muy perfumados, accesibles y muy evidentes en boca. Puro placer para los sentidos.

En lo que se refiere a la Côte de Beaune, tuvimos oportunidad de catar los vinos de los pueblos de Meursault y Volnay, con unos blancos frescos y vibrantes pero difícilmente accesibles en este momento. En el caso de Volnay la añada se muestra potente pero con muy buena frescura y dependiendo de los productores con estructura tánica algo severa.

Además de asistir a los eventos programados en la feria, tuvimos la ocasión de visitar algunas bodegas, empezando con una visita a Domaine de Comte Georges de Vogüé, uno de los más prestigiosos de toda la Borgoña que se distingue por ser el mayor propietario del Grand Cru Musigny, donde tuvimos la suerte de probar en barrica todos sus vinos.

A continuación en uno de los más prestigiosos Domaine de la Côte de Beaune, Bonneau du Martray, en donde fuimos atendidos, como siempre magníficamente por Jean Charles le Bault de la Morinière, y donde tuvimos la suerte de disfrutar de una vertical de su Corton-Charlemagne en las añadas 1997, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008 y 2009. Un 97 vivo y perfecto para tomar, 2004 perfilado y directo cargado de mineralidad, un 2005 serio y austero que se negó a revelar todo su potencial, 2006 muy abierto y agradable, el 2007 que al contrario de la última vez que lo catamos se mostraba cerrado y potente, un 2008 extraordinario, sólido y de grandes matices, y el 2009 con su potencia sin igual pero con una distinción final más que notable.



Jean Charles en Bonneau du Martray

Compartimos también visita con el encantador y afable Thibault, de Domaine Thibault Liger Belair, que nos agasajó con una cata de toda su gama en la añada 2010 y algunos vinos con algo más de tiempo a sus espaldas. La cata fue soberbia, y muy bien dirigida por Thibault, que demostró la influencia de los diferentes terroir en la expresión de los vinos, que francamente estaban espectaculares.

No faltó la cata de los 2010 en Domaine Lafarge, con los simpatiquísimos Chantal y Frédéric Lafarge y sus estratosféricos 2010. Y por último una cata en la Maison Romane que cada año hace unos vinos más delicados y profundos, con un Pommard L´argillière 2007 deslumbrante.

Llegó la hora de la verdad, la cena española, idea que acogieron con entusiasmo los productores, y nosotros con ganas de estar a la altura, se unen al evento Rodrigo Méndez y Raúl Pérez que traen sus vinos, nervios... Manos a la obra con las tortillas magistralmente elaboradas por Pepiño al monde-corte y por Flequi a cargo de la ejecución técnica, morcillas burgalesas de diseño de nuestro buen amigo Saúl del restaurante Blue Gallery, Jamón y demás ibéricos de Guijuelo, vinos de Jerez, unos buenos callos como fin de fiesta y unas ganas inmensas de pasarlo bien.

La comunicación como siempre es difícil, pero el vino y las ganas de compartir hicieron que todo fuera más fácil y que terminara en una gran noche llena de momentos inolvidables y buenos vinos que generosamente  ofrecieron todos los elaboradores asistentes y también los que no pudieron asistir.





Yvone y Chantal Contat Grange, acompañados de Pepiño, futura estrella del Ribeiro y de Flequi, los maestros tortilleros.




Domaine Morot

Chavy-Chouet


Domaine Jean Marc Vincent

Pierre Matrot


Pascale Matrot


Manuel Olivier


Damoy en primer plano y Thibault Liger Belair

Dos grandes!


La Maison Romane


Siempre nos quedará Lafarge...

Sirva a este post para que le podáis poner cara a la gente con la que trabajamos y compartimos esta pasión por el vino.

Muchas gracias por todo y a todos, de todo corazón, por esa noche inolvidable, incluidos a nuestros vecinos Taiwaneses que aguantaron pacientemente largas noches de vino y risas.

Salud!







martes, 17 de abril de 2012

Sobre armonías.


Este post, se inicia una serie que iremos ampliando en sucesivas ocasiones conforme encontremos que pueda ser interesante tanto por los platos como por los vinos que los acompañen.

Esta cuestión es siempre controvertida y casi nunca se toma en cuenta a la hora de elegir un vino. Se suelen  hacer acompañamientos tipo, sin pararse mucho a pensar e intentar encontrar la armonía más adecuada, que os puedo asegurar que multiplica las sensaciones de vino y plato por diez, si bien es una tarea difícil que requiere dedicación.

En esta ocasión trataremos sobre una armonía que he tenido la ocasión de poner en práctica durante la semana pasada, que no es otra que el probar diferentes vinos con chipirones en su tinta, elaborados con una salsa clásica que lleva cebolla y un toque de vino de Jerez.



Los vinos con los que se ha experimentado han sido los siguientes:

Domaine du Collier Saumur Blanc 2008
Kesselstatt GG Josepshofer 2006
Manzanilla Atalaya
Manzanilla Pasada Barón
Trimbach Fréderic Emile 1999
Zind Humbrecht Rangen de Thann Clos St Urbain 1999
Puffeney Savagnin 2007


Un plato siempre difícil, sobre todo por la acción de la tinta de calamar, que es un elemento complicado a la hora de buscar el vino adecuado.

En el caso de los riesling, tanto joven como viejos, Kesselstat, Humbrecht y Trimbach el conjunto queda pobre, prevaleciendo el plato y quedando vinos tan importantes como estos reducidos a la mínima expresión sin aportar nada y lo que es más importante sin poder disfrutarlos en toda su extensión.

El Collier se comportó correctamente pero tampoco era lo ideal, el vino limpiaba la boca mejor que sus compañeros de juego.

Luego viene la Manzanilla Atalaya, ese vino sencillo, barato y entonces si, aquí si que hay una buena armonía quedando todo en su sitio y haciéndonos disfrutar de lo lindo.

Después de ver el buen resultado de este último vino decidimos probar un vino con un punto más de complejidad, la Manzanilla pasada de la misma casa, Bodegas Barón, y de esta forma alcanzamos un nivel superior con un acoplamiento mayor que en el anterior. La acidez más punzante de esta manzanilla pasada consigue un mejor resultado y  mejor acorde.

¿Se puede mejorar?, dudamos un poco y se nos ocurrió probar con un vino del Jura que guarda cierta similitud con los finos y las manzanillas, pero que tiene menos grado alcohólico y una mayor frutosidad. Puffeney Savagnin 2007, y el resultado fue el mejor de todos haciendo un conjunto de lo más especial que nos llevo a otro nivel de disfrute.



¿Se puede mejorar?, no lo se pero hasta ahí es donde hemos llegado, unas pequeñas pistas para un plato delicioso que nunca es fácil para el vino.

¡A disfrutar!

martes, 13 de marzo de 2012

Domaine du Collier.

El post de hoy va dedicado a uno de mis productores favoritos, Domaine du Collier, pero también a la constancia, a la paciencia, al trabajo bien hecho, al gusto por conocer y mejorar las cosas que ya son buenas pero que siempre pueden ser mejores.

Domaine du Collier se crea en 1999 fruto de la pasión de Antoine Foucault y Caroline Boireau. Antoine es el hijo de uno de los Foucault, Clos Rougerad, y por lo tanto ha mamado el gusto por la viticultura y ha visto como se elabora uno de los mejores y más personales vinos del mundo.


El Domaine posee 6 Hectáreas de viñedo en la comuna de Brézé, en donde prima la Chenin Blanc con 4,5 Hectáreas y acompaña la Cabernet Franc en el resto de la plantación. El trabajo en la viña se realiza en Bio y en bodega se trata de intervenir lo menos posible para dejar que así se exprese la uva y las características de cada añada. Se vinifica en madera dentro de unas cuevas naturales y esta vinificación dura entre dos y tres años, dependiendo de las características de cada año.

He tenido la fortuna de probar sus vinos desde la añada 2000 y de seguirlos a lo largo de los años, viendo su evolución y sus cambios, que aunque sutiles,  han sido importantes. Hablando de sus vinos blancos, aún recuerdo la primera vez que probé su Saumur Blanc en la añada 2000 y de como me marcó, aquel vino tenía algo diferente y fue el culpable junto con los vinos de Huet, Clos Rougeard, Foreau y Château Yvonne entre otros, de mi filia con los vinos vinos del Loira.



Hace relativamente poco nos llegaron los vinos de la añada 2008, y no pude resistir la tentación de llevarme su Saumur blanc para ver que se contaba, para ver que es lo que decía.

El vino se mostraba brillante y con sus reflejos dorados, como siempre, no estaba muy frío, sólo así disfrutaréis con plenitud. Nariz... ¡bien! Otra vez... ¡Qué fino!, y así un número indeterminado de veces, sin cansar, sin aturullar. Vamos a la boca... ¡Uf!   de nuevo... ¡Qué bueno!.

Suena  el teléfono, un buen amigo apasionado por los vinos para comentarme novedades - ¿Por cierto, has probado el Collier 2008?- le comento. ¡Lo tengo aquí delante, por eso te llamaba, está impresionante!.

No se si es la mejor añada que han tenido en la zona, o si en esta vendimia han estado especialmente inspirados, pero cada vez creo menos en las casualidades y más en el trabajo, en la constancia, en el gusto por las cosas y en el grado de madurez necesario para alcanzar la excelencia.

¡Que lo disfrutéis!

Las fotos ha sido extraidas de la web de la bodega.

lunes, 6 de febrero de 2012

DOMAINE L´ECU. SENCILLAMENTE MINERAL!

La verdad es que el origen de este post es una reprimenda que me he impuesto por dejar de lado alguno de mis vinos favoritos. Seguramente porque son vinos sencillos y a veces como que no luce hablar de vinos baratos como es el caso.

Un amigo me recordó las excelencias  de este vino hace una semana, tropezó con el en un conocido restaurante barcelonés y me transmitió lo mucho que le había gustado. Es uno de mis imprescindibles desde que tomé una botella del expression de Granite del 2002 que me dejó absolutamente fascinado. Entendí entonces que con una uva neutra y poco valorada, se pueden elaborar vinos en los que lo que prima es la expresión del terreno donde se asientan, en donde el suelo es el que habla. Fue el primer vino donde percibí claramente el carácter mineral que tantas veces había buscado sin éxito.



Domaine L´Ecu está situado en la desembocadura del Loira en el Océano Atlántico, posee unas 20 Hectáreas de viña en los que predomina la variedad Melon de Bourgogne. En 2010 Guy Bossard cede las riendas del Domaine a un loco del Muscadet llamado Fréderic Niger Van Herck, aunque va a continuar unos años al pie del cañón para asegurar la transición.



En cuanto a los vinos, nos encontramos ante la pureza de la expresión de una zona, un suelo y un viñedo. Son cristalinos, con notas marinas, iodadas pero siempre de manera discreta, sin empalagar. En la boca su carácter mineral es impresionante y si alguno albergáis dudas de como se manifiesta ese carácter en un vino, sólo tenéis que disfrutar de una botella del señor Bossard.

No he encontrado un vino que respete y ensalce tanto unos buenos percebes, y con una lata de sardinas en aceite de oliva está francamente impresionante, las ostras son otro de sus aliados.

Pequeño precio y grandísimo vino, una combinación que no siempre es fácil,  amén de una aptitud para el envejecimiento fantástica. ¡Cojonudo!


La foto de Guy Bossard está sacada de loirevalleywines