Un dia en Gredos

Ayer tuvimos la suerte de pasar el día en dos de las viñas más representativas de lo que se está construyendo en torno a las Garnachas de la Sierra de Gredos.
En primer lugar nos acercamos hasta el Real de San Vicente lugar donde tiene las viñas la bodegas Jiménez-Landi. Allí, más concretamente en mitad de la viña de Ataulfos, nos estaban esperando Javi, José y Dani con todos los vinos de finca de la añada 2010 (añada excepcional en la zona). Nos gusta la verticalidad de The End, la suavidad de Ataulfos, la expresividad de las Uvas de la Ira y, sobre todo, la complejidad e intensidad de El Reventón.
Posteriormente, unas migas del pastor en mitad de la viña, acompañadas de varias añadas de Piélago, vino al que da nombre el monte que vemos en la imagen y cuya añada 2007 nos pareció que había evolucvionado maravillosamente. La verdad es que este vino a veces se convierte injustamente en el 'patito feo' de la bodega al encontrarse en un punto intermedio pero ayer todo el mundo quedó encantado con su comportamiento y su carácter.
Desde luego todos vinos muy destacables con una gran diferenciación entre las parcelas y una bonita dualidad entre la arena y la caliza de el Real de San Vicente frente a la pizarra de Cebreros.

Posteriormente nos dirigimos a San Martín de ValdeIglesias donde Juan y Marc nos encaminaron a la Viña Bonita, su parcela más representativa en el monte que hay frente a la bodega. La Viña Bonita fue plantada por el bisabuelo de Juan allá por 1928 y es una parcela ubicada en la parte alta del monte, rondando los 700 metros de altitud, con un granito algo más compactado que el de las demás viñas de la zona, donde los cultivadores suelen palpar la roca madre. Tiene una superficie de 2,8 hectáreas y una densidad de plantación de 2200 cepas por hectárea.

La vinificación se realiza en tinos de madera y la maceración suele ser la más larga de todas las parcelas que vinifican.

Marc nos ofreció en este caso una vertical de las 5 añadas que se han elaborado de este vino (2007-2011) donde pudimos ir comprobando la desparación de la madera nueva de la primera añada y el cambio de estilo hacia vinos más delicados y de gran frescura. En general, fue la 2010 la añada más destacada aunque lo que probamos de 2011 recien terminada la fermentación alcohólica también nos gustó bastante y es que a pesar de que este año el ciclo vegetativo ha venido adelantado ha sido completo y la madurez y el equilibrio de este vino así lo demostraban.

Un maravilloso dia en la viña, junto con numerosos amigos de diferentes restaurantes y tabernas madrileñas a los cuales agradecemos desde aquí el esfuerzo de acompañarnos.

Os esperamos,
Los Tintoreros