miércoles, 6 de noviembre de 2013

Fin de semana de Otoño. Setas, castañas y vino.

A raíz de un fin de semana por tierras Salmantinas, en el que he podido disfrutar de varios manjares típicamente otoñales y diversos vinos, voy a intentar compartir con vosotros las experiencias vividas en torno a estos hermosos parajes.

La historia comienza con un vino que nunca falla, que siempre es grato, fluido, frutal y que acompaña multitud de platos, e incluso una buena conversación, como es el caso que nos ocupa. No le hizo falta nada más a este Morgon de Marcel Lapierre 2012, un vino que nunca me canso de recomendar y que nunca defrauda. Naturalidad en el exterior y también en el interior, la cuvée libre de SO2 es un vino digestivo y saludable.
Un clásico que nunca defrauda.
Entrando ya en materia y sobre posibles armonías, lo primero que había que hacer era proveerse de los manjares que pretendíamos degustar, por lo que cesta en mano y con toda la ilusión del mundo nos aventuramos en el bosque, que nos obsequiaría con un puñado de sus frutos, entre otros el Boleto Edulis, el Boleto Pinícola, la Amanita Cesárea y un solitario Boleto Badio, amén de las castañas que reinaban esparcidas por el suelo de un bosque que se encontraba entre la plenitud de su parte más terrenal y la decadencia de su parte aérea, con una incipiente otoñada que deleitaba a la vista.
Esta singular seta, que se asemeja a un coral y que contribuye a un paraje mágico.
Un pollo de corral fue el primer plato al que hubo que buscar acompañante y si bien el Morgon del Lapierre solventaba el papel, fue otro vino, el Villa Bel-Air blanco 2008, el que se llevó la palma. Un vino Bordelés con una mezcla de Sauvignon Blanc (65%) y Semillón (35%) que fermenta y cría en barricas de roble francés sobre sus lías durante 10 meses. Estos blancos bordeleses son grandes desconocidos y en el caso de éste, ofrece mucho por muy poco. La única pega que le veo es que está demasiado joven para este plato tan castizo, sin duda especiando un poco más el pollo (que solo llevaba cebolla, ajo y vino), la combinación hubiera sido aún mejor.
Un gran vino, gastronómico y de excelente R.C.P.
Llegado el turno de las setas, de las que el delicado y fino laminado en crudo se degustó sin más acompañante que el paladar, las siguientes preparaciones que fueron simplemente un revuelto con huevo y un ligero salteado, se las tuvieron que ver con un Chassagne-Montrachet tinto de Morey Coffinet 2007, que al margen de que estaba realmente delicioso, acompañaba a la perfección a las setas con sus notas animales, florales y terrosas. La tanicidad y el estilo típico de los vinos de la Côte de Beaune siempre me han dado buenos resultados con las setas recién cogidas. ¿Hay añadas de las recientes potencialmente mejores en la Borgoña?. Pues seguramente si, pero no están tan a punto como ésta y si lo que se buscas es disfrutar, no lo dudes, la 2007 en lo que a los vinos borgoñones se refiere se bebe muy bien ahora. ¡Denme vinos buenos, a punto y no buenas añadas!





Por último tocaba disfrutar de un postre que no fue otro que unas fantásticas castañas asadas al fuego de la chimenea, que se llevaron de maravilla con un Schoffit Riesling Cuvée Caroline 2001. Un vino muy a punto con un toque azucarado que acompaña de maravilla a las castañas. Otra opción para este manjar de otoño es un alsaciano de vendimia tardía que convierte un sencillo cucurucho de castañas en un lujo al alcance de muy pocos.

¡Casi perfecto!



El incomparable paisaje de Gredos y la Sierra de Francia a la caída de la tarde.
Aun queda otoño, su maravillosa luz, bosques, fabulosos colores, setas y vinos que compartir.

¡Salud!

lunes, 28 de octubre de 2013

LACOMUNIDAD. UN CLUB DIFERENTE.













Hace unos días entregamos la primera selección de vinos de LaComunidad, que fue dedicada a la añada 2011 de Alain Graillot, uno de los grandes del Ródano norte. Entre los vinos tuvimos la oportunidad de incluir una botella de su cuvée más cuidada y exclusiva, La Guiraude, un vino ciertamente escaso y que ha quedado íntegramente en los miembros de LaComunidad.

No tenemos interés en que se convierta en un club masivo y falto de personalidad, así que tiene muy limitadas sus plazas,de tal forma que nos permita haceros llegar rarezas y vinos escasos, que en ocasiones serán únicos. 

Para la próxima entrega hemos seleccionado a uno de los viticultores españoles de más renombre en la actualidad, Rodrigo Méndez, que ha iniciado un proyecto en solitario en la zona de Rías Baixas. 



Bodegas y Viñedos Rodrigo Méndez

Todo empezó en el año 2003, cuando Raúl y Rodri se conocen a raíz de la compra de unas uvas de Albariño para la elaboración del primer Sketch. Desde ese momento nace la magia y Raúl recibe el encargo de hacer posible lo imposible (como reza la etiqueta de su vino)  y construir junto a Rodri y su familia de viticultores un proyecto en las Rías Baixas basado en la calidad de sus variedades tintas Caiño, Loureiro y Espadeiro. Así nace Forjas do Salnés, actualmente una de las bodegas más reputadas de toda la denominación y origen de grandes blancos como Leirana o Finca Genoveva y de los famosos Goliardo, tintos nacidos a la orilla del mar. Una bodega familiar que ha alcanzado ya su velocidad de crucero y que año tras año mejora la calidad de sus vinos basándose sobre todo en un meticuloso trabajo en la viña y en una elaboración basada en las raíces de la tierra

Pero Rodri aún quiere más y fruto de ello ha nacido este nuevo proyecto más personal y con más margen de maniobra que en la bodega familiar para dar rienda suelta a su saber y al virtuosismo de Raúl Pérez. Para ello ha alquilado una pequeña bodega en Meaño, en la parroquia de Xil, y ha buscado viñedos de viticultores del pueblo que le vio nacer.

Cuando en el año 2012 habla con Raúl de la posibilidad de elaborar algo a nivel individual y con más libertad de movimientos éste decide ayudarle de la mejor manera que sabe hacer, dedicándole un vino y dejando que todos los beneficios que le reporte los pueda invertir en arrancar el nuevo proyecto así nace El Barredo 2011


El Barredo es un vino de amistad. Un regalo entre amigos. Una declaración de intenciones a través de lo que Raúl Pérez mejor sabe hacer… “EMBOTELLAR MAGIA”.

Todo cambio supone un riesgo y Raúl lo sabe mejor que nadie ya que él mismo lo vivió en sus carnes en el año 2005 cuando decidió salir de la bodega familiar para comenzar su proyecto más personal, Ultreia. Así que Raúl decide dar un pequeño empujón a su amigo y elaborar para él este vino singular del que apenas existen 800 botellas.

El Barredo es una zona de viñedo que se sitúa en Valtuille de Abajo, pueblo de nacimiento de Raúl, justo por encima de la bodega familiar, Castro Ventosa. Recibe su nombre de las arcillas que conforman su suelo y que en época de lluvias forman ese barro tan característico que prácticamente te impide andar entre sus viñas.

Se compone principalmente de Mencía procedente de viñedos de más de 80 años de edad aunque lleva un aporte de alrededor de un 15% de Pinot Noir ( uva de la que tanto Rodri como Raúl son apasionados ) y que proviene de una finca plantada por Raúl en esa misma zona hace ya más de 15 años

Se cría durante aproximadamente un año en barricas usadas de roble francés y durante todo el proceso de vinificación se trata de mantener al máximo las características que le trasmiten al vino sus uvas y la tierra de la que proviene por ello se emplean largas maceraciones con muy poco trabajo sobre sus pieles, casi como si se tratará de una infusión, para posteriormente ser embotellado sin filtrar ni clarificar.

Junto a él os ofrecemos también otro vino tinto elaborado con la variedad de uva Pinot Noir, As Covas 2011, esta vez procedente de un viñedo de 8 años plantado por Rodri en el municipio de Ribadumia sobre suelos arcillo-calcáreos. Tan sólo 300 botellas han visto la luz en esta primera añada después de haber descansado un año sobre barricas usadas de roble francés.  Estas botellas en España, serán casi exclusivamente para los miembros de LaComunidad.

As Covas 2011 ha sido elaborado con uva entera y muy poco trabajo durante su vinificación, siguiendo una política poco intervencionista al más puro estilo de esos vinos de Borgoña que tanto nos gustan.

En cuanto a los vinos blancos, os ofrecemos las dos joyas recién nacidas de Bodegas y Viñedos Rodrigo Méndez, Sálvora 2011 y Cíes 2012, nombres en honor de las islas que vigilan desde el mar el litoral de nuestras amadas Rías Baixas.

Los vinos blancos se basan 100% en viñedos procedentes del concello de Meaño y la filosofía de su elaboración se basa en el empleo al 100% del roble francés tanto para su elaboración como para su crianza.

Sálvora nace de una pequeña viña plantada por el bisabuelo de Rodrigo en el año 1912 llamada Finca El Torno, dos mil metros cuadrados dedicados  desde hace más de 100  años al cultivo de la variedad Albariño, sobre suelos arenosos con presencia de mica y arcilla , ubicada a espaldas de la casa familiar.

Se vinifica en un fudre de 2000 l. para posteriormente pasar a envejecer en barricas usadas de roble francés durante un año natural (se saca el vino de una añada para introducir el de la siguiente). Es embotellado sin clarificar y con una leve filtración. Su producción en el año 2011 ha sido de 2300 botellas

Por el contrario Cíes es un conjunto de viñedos del municipio de Meaño con diferentes edades y orientaciones que ofrecen un perfil más ligero y afilado, se fermenta en barricas de roble francés donde permanece durante 2 ó 3 meses antes de proceder a su embotellado. Su producción en el año 2012 ha sido de 8000 botellas


Creemos en Rodri y en este nuevo proyecto y es por ello que os ofrecemos en primicia sus vinos, esperamos que los disfrutéis tanto como nosotros.

Aún nos quedan plazas para cerrar LaComunidad, así que os invitamos a formar parte de este proyecto que elaboraremos juntos, con cariño y el máximo cuidado para ofrecemos lo más personal, auténtico y exclusivo que encontremos.

¡Os esperamos!

LaTintoreria Vinoteca

viernes, 19 de abril de 2013

Philippe Charlopin Gevrey-Chambertin "Terres Blanches" 2010

Para esta semana os recomiendo un vino que tuve la suerte de beber la semana pasada con unos amigos, que no es otro que este Gevrey de Philippe Charlopin, su nombre se debe a que los viñedos de los que procede son ricos en roca caliza, tierras blancas, que aportan un perfil de vino muy diferente a otros Gevrey procedentes de terrenos más ricos en arcilla.


La botella en cuestión.


Philippe Charlopin es partidario de los vinos finos y redondos en boca, huyendo de los vinos con aristas y  poco peso de fruta, si bien es partidario de usar barricas nuevas y con un tostado medio para conseguir este efecto, por lo que los vinos en su juventud pueden acusar esos tonos de la madera tostada. De igual forma es partidario de inertizar sus vinos con carbónico para protegerlos durante su guarda, por lo que es conveniente abrir sus vinos con antelación, usar copas amplias que favorezcan la aireación, e incluso una decantación suave.

 Es con los años, como pasa en otros domaines con filosofías similares, cuando sus vinos demuestran todo su potencial, encontrándonos con una evolución perfecta, complejidad, finura y elegancia. Nunca defraudan.

La añada 2010 en mi opinión, es en Gevrey Chambertin, al igual que en Nuits St Georges, una de las buenas, con vinos accesibles en su juventud, pero alejados de diluciones y de falta en la concentración de fruta. Buen equilibrio, acidez compensada y una estructura tánica soberbia, fina, nada rústica.

Gevrey Chambertin


Esta calidad de la añada unida al tipo de suelo en el que están asentadas las viñas de las que se elabora este vino, otorgan un Gevrey etéreo, brillante y floral, con una textura en boca fabulosa, fluida y potente en lo que a la concentración de la fruta se refiere. Largo y con una expresión caliza predominante.

¡Que lo disfruteis!

jueves, 11 de abril de 2013

Vino de familia 2011

Un nuevo vino que ve la luz después de 3 años de trabajo, en los que se probaron diferentes parcelas de la comuna de Cebreros sobre diferentes suelos y diferentes orientaciones, hasta dar con una de suelo granítico orientada al norte que tiene una madurez tardía y lenta, posibilitando vendimiar en condiciones óptimas con menos grado de lo habitual en la zona.

Vista del pueblo de Cebreros y algunas de las viñas que lo rodean.

Raúl Perez es el productor de este singular vino, que se ha elaborado en un tino de madera abierto con una gran parte de la vendimia entera, no se ha despalillado, y al que solamente se le ha pisado al principio y se le ha hundido levemente el sombrero después. Se jugó con diferentes tiempos de maceración no muy espaciados en el tiempo y se fue pasando el vino a barricas usadas de roble francés de diferentes capacidades, para criar el vino con sus lías durante aproximadamente 14 meses sin sufrir ningún trasiego, hasta que fue embotellado el uno de Diciembre  del pasado año.




El resultado son apenas 1000 botellas de este vino que nos hace una especial ilusión debido a la implicación que hemos tenido en el proyecto. El vino que en barrica se mostraba espectacular, acusó el proceso de embotellado y se mostraba tímido y encorsetado, en este momento está empezando a abrir, recuperando los atractivos tonos florales y minerales que tenía en la barrica.



Cebreros, Garnachas viejas, Granito,  Norte y Raúl Pérez dan como resultado este Vino de familia 2011.