Afortunadamente cada día se menos de esto y siempre hay alguna botella de vino que me recuerda que no se nada, y que no existen reglas ni axiomas en el mundo de los vinos auténticos, porque son seres vivos, salvajes que no doblegarán nunca ante nuestra tendencia a controlarlos, calificarlos y encasillarlos, tendencia que por otro lado es, en mi opinión, tremendamente aburrida.
Borgoña 2004, la añada de las mariquitas... |
De botellas de añadas supuestamente malas está mi agenda llena, no se si porque me gusta investigar o porque me motiva el riesgo, lo que si es seguro es que muchas de ellas han sido memorables y me han dado momentos de mucha alegría.
Burdeos 2000, la añada del siglo... |
Y es que el vino cambia, la añada que no te parecía buena hace dos años ahora está soberbia.
Y es que las añadas supuestamente malas suelen tener una evolución más temprana, que en estos tiempos que corren, donde la prisa abunda, no es moco de pavo, y que hace que el vino se encuentre en plenitud y disfrutable mucho antes.
Y es que para poder calificar tal o cual añada hay que seguirle la pista durante años, cosa que es imposible si la defenestras antes de salir al mercado porque ya pocas botellas beberás del vintage en cuestión.
Y es que hay que ser paciente, hay que beber muchas botellas, si he dicho beber, no catar, y darse cuenta así, de que con determinados platos dan mucho más juego las añadas supuestamente malas que las supuestamente buenas. Porque de catadores está el mundo lleno, y lo que nos hace falta en esto del vino son bebedores disfrutones y no analistas.
Y es que vinos de una misma añada y de una misma región hay muchos y generalizar es realmente peligroso.
Las añadas, que se aman o se odian, que te encasillan según tus preferencias entre los dioses del Olimpo o entre los que "no tienen ni puta idea". Tan complejas que son inexpugnables y que muchas veces se analizan desde la distancia que da tu gran experiencia, que hace que te toques la barbilla o te meses el cabello con cara de persona interesante, hagas una pausa medida y sentencies-¡Es una añada fría!- o- ¡Es una añada caliente!, porque ya se sabe que lo breve si bueno....
Mejor hacer caso a los bebedores que a los catadores, y descorchar sin prejuicios y sin miedos porque hay muchas añadas que conocer y muchas botellas que disfrutar.
¡Salud!